
El día que me ofrecieron ser gerente… y lo acepté sin ver las señales.
Tenía 25 años cuando me ofrecieron ser Gerente de Operaciones. Era joven, con varios logros técnicos, cuatro ascensos en la embotelladora más grande del país, y títulos académicos que respaldaban mi hoja de vida. En papel, parecía el paso correcto. Pero en realidad, no sabía cómo liderar un equipo.
Y lo que no supe ver, fue que esa empresa estaba en declive. No lo noté. O tal vez no quise notarlo. El ego me cegó. Aunque logré implementar mejoras reales en sus operaciones, a los seis meses la empresa ya no podía pagarme. Tuve que salir. Y con eso, vino la caída más grande… pero también la más necesaria.
Volví a lo técnico. Luego de 6 meses de busqueda de trabajo, en donde era rechazado porque en papél estaba sobrecalificado para puestos técnicos, y a la vez era rechazado porque no tenía la experiencia liderando, entré como ingeniero de soporte en una empresa de hosting en EE. UU. Esta vez desde la humildad. Y ahí fue donde realmente comencé a aprender a liderar.
Liderar no es saber más. Es guiar mejor.
Un años después de entrar a eApps Hosting, a los 27, me ascendieron a supervisor del equipo de soporte latinoamericano. Había trabajado duro, sí. Pero ahora venía lo complejo: liderar personas que hasta ayer eran mis compañeros.
Nadie te entrena para esto:
- Dar retroalimentación sin sonar arrogante.
- Establecer respeto sin volverte autoritario.
- Crear orden sin matar la motivación.
Tuve que aprenderlo en el campo. Implementé sesiones uno a uno. Establecí metas claras brinando las herramientas necesarias. Organicé procesos de onboarding. Escuché. Conecté. Guié. Me enfoqué en ser humano antes que jefe.
Con el tiempo, el equipo respondió. No porque yo gritara. No porque lo supiera todo. Sino porque sabían que estaba con ellos y que había una estructura clara.
Ese fue el momento en que dejé de ser jefe y empecé a convertirme en un líder capaz de guiar sin miedo ni burnout.
Hoy lidero mi propia empresa. Pero todo empezó ahí.
De supervisor pasé a gerente. De gerente a director. De director a director general. Hoy soy CEO de mi propia empresa, Nubius Solutions, donde construyo equipos, cultura y soluciones con propósito.
Y todo comenzó con un mal paso.
Por eso, acompaño a nuevos líderes. Porque sé lo que es estar perdido, y sé lo que necesitas para salir de ahí: claridad, estructura, empatía y herramientas prácticas.
Mi promesa es esta:
Transformo profesionales ascendidos en líderes capaces de guiar equipos sin miedo ni burnout con herramientas prácticas.
¿Estás aprendiendo cómo liderar un equipo por primera vez?
Aquí tienes tres claves que me cambiaron la vida:
- Escucha antes de mandar. Nadie sigue a quien no siente cercano.
- Establece límites claros desde el inicio. La claridad genera respeto.
- No finjas saberlo todo. Liderar también es aprender junto a tu equipo.
¿Te sentiste identificado con esta historia? ¿Estás en esa etapa donde todo es nuevo y nadie te ha dado una guía?
Escríbeme. Estoy construyendo algo para ayudarte.
Porque tu primer ascenso no tiene que ser un salto al vacío. Puede ser el inicio de tu mejor versión como líder.