El cierre de un año y el inicio de otro representan una oportunidad invaluable para los líderes. Es el momento perfecto para reflexionar sobre los logros y desafíos del año que termina, y preparar el terreno para alcanzar nuevas metas. Sin embargo, este proceso no es solo cuestión de establecer objetivos; también es vital que el equipo reciba la retroalimentación adecuada y sepa lo que se espera de ellos en este nuevo ciclo.
Dar feedback es una herramienta poderosa que, cuando se utiliza correctamente, fortalece la relación entre líderes y equipos, impulsa el desempeño y marca el tono para el nuevo año. Sin embargo, muchos líderes caen en errores comunes al dar retroalimentación, lo que limita su efectividad.
Errores comunes al dar retroalimentación
1. Falta de sesiones de feedback periódicas
Cuando no establecemos momentos regulares para comunicarnos con el equipo, perdemos conexión con lo que realmente está ocurriendo. Esto puede generar malentendidos y una desconexión entre los objetivos organizacionales y las tareas diarias del equipo.
2. Retroalimentación unidireccional y centrada en lo negativo
A menudo, las sesiones de retroalimentación se limitan a señalar errores sin proporcionar soluciones claras o expectativas específicas. Esto desmotiva al equipo y no les ayuda a mejorar.
3. Falta de métricas claras
Es imposible para el equipo saber si están haciendo bien su trabajo si no hay claridad sobre qué significa éxito. Sin métricas específicas, incluso las metas bien definidas pueden parecer abstractas.
Preparando el terreno para el 2025
El inicio del año es un momento crucial para analizar el desempeño del equipo y establecer metas claras. Aquí algunos pasos clave para empezar con fuerza:
1. Define una visión clara
Como líder, debes saber hacia dónde quieres llevar a tu equipo. Comunica esta visión de forma clara y asegúrate de que todos comprendan su rol en la consecución de los objetivos.
2. Personaliza las metas para cada miembro del equipo
Cada persona es diferente y tiene fortalezas únicas. Asegúrate de que cada miembro se enfoque en lo que mejor hace. Define metas específicas, plazos claros y resultados esperados, adaptándolos a sus habilidades.
3. Documenta todo
Una buena práctica es utilizar herramientas como el formato SMART (Específicas, Medibles, Alcanzables, Relevantes y con Tiempo definido). Documentar las metas evita malentendidos y sirve como guía para evaluar el progreso.
4. Implementa estrategias de seguimiento
Una herramienta como 4DX (Las 4 Disciplinas de la Ejecución) puede ser clave para mantener al equipo enfocado en las prioridades, incluso cuando las demandas del día a día intenten distraerlos.
El poder de marcar el tono del nuevo año
Más allá de definir metas, este es el momento para inspirar y motivar a tu equipo. Una sesión bien estructurada de retroalimentación no solo identifica áreas de mejora, sino que también celebra los logros del año anterior y genera entusiasmo por lo que viene.
Conclusión
Iniciar el 2025 con claridad y propósito no solo garantiza un año productivo, sino que también fortalece la relación entre el líder y su equipo. Establecer una cultura de retroalimentación continua, personalizar las metas y documentarlas con claridad, junto con un seguimiento adecuado, son los cimientos para un nuevo año lleno de logros.
Empieza hoy. Reúne a tu equipo, reflexiona sobre el 2024 y construyan juntos un plan sólido para el 2025. ¡El futuro de tu equipo depende de lo que hagan ahora!